Control biológico: importancia, ventajas y desventajas
El control biológico es un método con alto porcentaje de eficiencia a más bajo costo.
Neutralizar plagas y enfermedades en siembras no solo se refiere a la aplicación de productos químicos. El control biológico consiste en utilizar organismos vivos para controlar otras especies en cultivos.
Su uso primitivo se sitúa en la China antigua. Pero su desarrollo controlado en laboratorios se inició en Estados Unidos a finales del siglo 19.
Para implementar una técnica de control biológico se debe hacer un estudio previo en el cultivo para determinar que agentes deben liberarse. Hay que identificar primero qué organismos están afectando los cultivos.
Los organismos usados para el control biológico se clasifican en: parasitoides, patógenos, depredadores y antagonistas.
La efectividad del control biológico está comprobada científicamente. Solo en ocasiones algunos parásitos se resisten a los organismos de control. En estos casos los organismos controladores son parasitados. En pocas oportunidades los controladores son atacados.
Actualmente cada vez se extiende más la forma de control conocida como “Alelopatía”. Esta técnica consiste en aplicar extractos de plantas en cultivos. La alelopatía sirve para repeler amenazas en cultivos.
Los extractos naturales actúan como repelentes, pues inhiben a los organismos vivos de parasitar sobre las plantas de interés; pueden actuar como repelentes, pero su eficacia es limitada.
El control biológico supera en muchos aspectos a los sistemas de control químico. Destaca principalmente que es un método económico que evita plagas secundarias y no daña el ambiente.