El cultivo del pino, un recurso natural renovable con un gran potencial, enfrenta un desafío crucial: la escasez. Es de resaltar que la creciente demanda y la explotación descontrolada ponen en peligro la sostenibilidad de este valioso árbol, especialmente en el contexto del cambio climático. La repoblación forestal del pino es una medida esencial para la … Pino: cómo se cultiva un símbolo de la navidad
Los sistemas silvopastoriles son una alternativa viable porque responden a las necesidades cada vez más urgentes de reconvertir la ganadería tropical en una actividad rentable en el corto, mediano y largo plazo. Además, son amigables con el medio ambiente, ofrecen más y mejor empleomás urgentes de reconvertir la ganadería tropical en una actividad rentable en el corto, mediano y largo plazo. Además, son amigables con el medio ambiente, ofrecen más y mejor empleo en el campo; debido a que brindan a la sociedad alimentos en el campo; debido a que brindan a la sociedad alimentos de alta calidad (carne, leche, pieles y eventualmente frutas) y madera para diferentes usos.
En la actualidad los sistemas tradicionales de uso del suelo para la producción pecuaria emplean prácticas inadecuadas como el sobrepastoreo y la quema que van en detrimento de los recursos naturales que son la base ecológica de la productividad; tales como: degradación de pasturas y suelos, contaminación de fuentes de agua, pérdida de biodiversidad, etc.
Esto crea la necesidad de buscar nuevas tecnologías de producción ecológicamente sostenibles, económicamente competitivas y atractivas para el productor.
Cabe destacar que la economía de esta estrategia se caracteriza por la obtención de ingresos a corto y a largo plazo; por medio de los productos animales y arbóreos.
Por otra parte, la incorporación de los árboles en los potreros contribuyen al cambio del microclima debido a que proveen sombra y protegen contra la excesiva radiación solar: De ese modo se atenúa la influencia de altas temperaturas; además ayuda a la disponibilidad de humedad y un mantenimiento de temperatura óptima al suelo.
Asimismo, los beneficios de este tipo de sistema dependerán del diseño y aplicación de las prácticas adecuadas. En conclusión, las ventajas más relevantes son: mejoran la producción, aumentan las ganancias, mantienen los recursos naturales (como suelo y agua), reducen los efectos climáticos, sostenibilidad ambiental y equidad social. Además de conservar la biodiversidad, polinización, equilibrio ecológico y el control biológico.
La conservación de suelos es determinante para la preservación de este recurso ya que se está reduciendo en cantidades preocupantes; es por ello que la utilización de estas técnicas en los sistemas agros productivos, garantizan la sostenibilidad de la producción, biodiversidad, estabilidad estructural entre otros aspectos.
Aunque los efectos de la conservación del suelo pueden no ser claramente visibles a corto plazo, a largo plazo sí son notables; puesto que reducen la erosión, mantienen la fertilidad y minimizan la contaminación del medio ambiente, pues contribuye a la sostenibilidad ecológica.
Por tal razón, estás practicas no sólo tienen su efecto sobre los suelos sino también sobre el agua en la zona; debido a un mejor manejo de las microcuencas, lo cual permite obtener mayor cantidad y calidad de agua, disminuyendo riesgos y efectos adversos.
La implementación de las técnicas de conservación de suelos en nuestros días no es una opción sino una responsabilidad como seres humanos; ya que de este recurso valioso obtenemos beneficios y servicios socioeconómicos para nuestra subsistencia y es nuestro deber garantizar su fertilidad para las próximas generaciones.
Antes de implementar cada práctica se debe realizar un diagnóstico objetivo del lugar y asesorarse técnicamente para que las prácticas a realizar sean las más óptimas para la zona a conservar.
Las obras de conservación no solo mejoran el suelo sino también mejoran y aumentan la cantidad de agua ya que se evita perdida por escorrentías y se incrementa la infiltración, esto a su vez permite la sustentabilidad de ecosistemas.
Los árboles tienen un papel fundamental en la ganadería regenerativa, en especial para los sistemas de producción con rumiantes en América Latina, que se basan principalmente en el pastoreo.
En este sentido, los animales están expuestos a las condiciones medioambientales, particularmente radiación, temperatura del aire y suelo; así como los efectos indirectos de los vientos que se suman a la evaporación del agua disponible para el consumo animal.
De modo que las altas temperaturas, radiación solar directa y la escasez de recursos alimenticios, sobre todo en la época seca ocasionan que los animales sean atraídos por los árboles y su sombra; en particular, porque ofrecen protección contra la lluvia y el viento, además para consumir follaje y frutos de estos.
Entre los beneficios que conlleva la incorporación de árboles en los potreros se encuentran la influencia positiva de la sombra para reducir la temperatura del aire, la mejora de las condiciones físicas del suelo, reciclaje de nutrientes y la alimentación del ganado, incidiendo de forma positiva en la ganancia de peso y producción de leche.
Además, tiene un efecto positivo en la biodiversidad, pues la presencia de los árboles en los potreros favorece la abundancia y riqueza de la flora y fauna silvestre
De manera que las estrategias de preservación y recuperación del medio ambiente parten de promover la restauración del paisaje, esto se expresa en la medida que los sistemas ganaderos incluyan los árboles en los potreros.
Tales acciones repercutirán en aumentos productivos como consecuencia de una mejora de los ciclos hidrológicos, el suelo y la biodiversidad, al final se obtendrán beneficios sociales, económicos y ambientales.
La planta de teca es conocida científicamente como Tectona grandis, originaria del sudeste de Asia, remonta su primer registro de plantación en Sri Lanka para el año 1680. En la década de 1900 esta especie se introduce fuera del continente asiático específicamente en Nigeria (Continente Africano). Luego una década después la teca es introducida en el continente americano con semillas procedentes de Myanmar.
Es considerada una especie forestal porque sus individuos pueden llegar alcanzar hasta 40 metros de altura. La planta de teca es usada en sistemas agrosilvopastoriles y agroforestales, produciendo impactos positivos en los ecosistemas donde se establece debido a que: ayuda a conservar la fertilidad del suelo, ofrece refugio a la fauna y captura dióxido de carbono, reduciendo la emisión de gases de efecto invernadero en la atmosfera.
Para el buen desarrollo del sistema radicular de la planta de teca son necesarios: los suelos profundos, bien drenados y fértiles con pH de 6,5 a 7,5. Para su crecimiento aéreo (tallos y hojas), requiere un rango de temperatura de 13 a 40 ºC. Además de una pluviosidad entre 1.250 y 3.750 milímetros al año.
La planta de Teca es conocida principalmente por las características de su madera, siendo éstas: Durabilidad y belleza; que la convierten en una madera muy preciada en el mercado internacional, debido a que mantiene sus propiedades aún cuando es trabajada con metales. Para la producción de madera de buena calidad, la teca requiere una estación seca de 4 meses con precipitaciones inferiores a 60 mm.
En las últimas décadas se ha incentivado la producción de la teca más allá de su lugar de origen expandiéndose a países tropicales, quienes garantizan excelentes condiciones para su desarrollo. En ellos se promueve la investigación de la planta de teca asociada con cacao y musáceas; sistemas comúnmente usados por los productores, debido a que generan múltiples ingresos y sustentabilidad ambiental a lo largo del tiempo.
El pastoreo racional representa una opción viable y necesaria para la producción de leche, contribuye a mejorar la fertilidad natural del suelo, además permite una buena recuperación de los pastos.
Con el pastoreo racional se logra una buena recuperación de los pastos; debido a que los animales aportan nutrientes en forma de restos de hojas, excretas sólidas y líquidas al suelo.
Adicionalmente los microorganismos del suelo mejoran el drenaje del agua haciendo túneles que también ayudan a la entrada del aire al suelo; aportando nutrientes a las especies forrajeras presentes en el potrero en un proceso denominado fertilización natural por reciclaje
El impacto de las actividades ganaderas sobre el medio ambiente ha sido objeto de mucha discusión, debido a que en muchos casos emplean manejos inapropiados para el suelo y la vegetación; además de contribuir con la emisión de gases de efecto invernadero.
Para contrarrestar estos efectos perjudiciales, los ganaderos actualmente están aplicando modelos productivos como la ganadería regenerativa, cuyo objetivo es mantener el equilibrio entre la producción de proteína animal y la conservación de los ecosistemas; mediante el manejo agroecológico.
Entre las actividades de conservación de esta modalidad pecuaria se encuentran: la siembra y multiplicación de árboles, la reducción del uso de insumos químicos, el manejo de excretas y el uso racional de los recursos suelo y agua. Permitiendo a las unidades productivas ser sostenibles desde el punto de vista ecológico, económico y social.
Esta ganadería considera y preserva el suelo a través del uso adecuado de potreros; en el que es necesario manejar los tiempos de pastoreo y descanso; siendo este último imprescindible para promover la regeneración de la biota, la reducción de la erosión y el crecimiento óptimo de las pasturas.
Actualmente esta forma holística de producción animal satisface la exigencia de los consumidores, quienes obtienen productos saludables libres de agroquímicos y con alto valor nutricional.
La Moringa oleífera, es conocida como el árbol de la vida o árbol de las perlas; reseñada por primera vez alrededor del año 2.000 A.C como hierba medicinal, donde adquiere el nombre de “El árbol milagroso”.
Aunque su origen está ubicado en la India la misma se ha difundido a nivel mundial por ser un árbol multiuso, de gran importancia económica, gracias a sus diversos usos en la alimentación humana y animal, así como en la industria farmacéutica, cosmética, agrícola y ambiental.
Es una especie perenne, pero no longeva que puede vivir alrededor de 20 años, se adapta a diversos ecosistemas y crece muy bien en las regiones tropicales y subtropicales.
Fue introducida en el continente Americano por los españoles para ser usada como cercas vivas, ornato y alimento para animales, por sus características nutritivas, su potencial forrajero y su alta digestibilidad.
Las características agronómicas de la planta de moringa indican una elevada prolificidad y rápido crecimiento; con rendimientos de biomasa forrajera superiores a 100 toneladas y una producción promedio de semilla de 4.500 kg por hectárea en sistemas de producción intensivos.
El 40 % del peso de la semilla de moringa, representa aceite de alta calidad, rico en ácidos grasos insaturados; el mismo es utilizado en la industria para elaborar compuestos nutricionales, perfumes, lubricantes, y biodiesel; además, de la semilla se extrae la cascarilla la cual es la materia prima para la producción de carbón activado.