
La especie Allium cepa sp. mejor conocida como cebolla, es sin duda alguna el ingrediente por excelencia en la gastronomía mundial, y no solo como condimento, sino como el acompañante perfecto en un sinfín de ensaladas y platos.
Desde un punto de vista botánico, esta hortaliza es un tallo subterráneo engrosado por acumulación de metabolitos, pariente cercano del ajo y el cebollín.
Agronómicamente, es un cultivo anual de rápido crecimiento pero de cuidados especializados por su elevada susceptibilidad a muchas plagas y enfermedades, principalmente, por su elevado contenido de agua.
Su producción comienza en un almácigo o semillero donde las semillas germinan en las mejores condiciones de suelo, humedad y nutrientes. De allí, las plántulas sanas y vigorosas son llevadas a campo, donde bajo adecuados planes de fertilización, riego, control de plagas y enfermedades se logran conseguir rendimientos de más de 40 toneladas por hectárea.
Es rica en calcio, vitamina c y quercetina, un flavonoide ideal en la lucha contra enfermedades como la diabetes y las infecciones.