El gobierno de Estados Unidos anunció este miércoles la imposición de un arancel del 50% sobre todas las importaciones procedentes de Brasil, una medida que ha generado preocupación en los sectores productivos y comerciales de América Latina.
La decisión fue comunicada por el presidente Donald Trump a través de una carta oficial publicada en la red Truth Social, en la que justificó la medida como una respuesta directa al juicio que enfrenta el expresidente brasileño Jair Bolsonaro, acusado de conspirar para revertir los resultados de las elecciones de 2022. Trump calificó el proceso judicial como una “cacería de brujas” y una “vergüenza internacional”.
El nuevo arancel, que entrará en vigor el 1 de agosto, afectará a productos clave de la agroindustria brasileña como carne bovina, café, jugo de naranja, azúcar y acero. Estos sectores representan una parte significativa de las exportaciones brasileñas hacia Estados Unidos, su segundo socio comercial después de China.
“Este arancel del 50% es menos de lo que realmente necesitamos para igualar condiciones”, afirmó Trump, dejando entrever que podrían aplicarse medidas adicionales en el futuro.
La reacción del gobierno brasileño no se hizo esperar. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva calificó la medida como una “intromisión inaceptable” en los asuntos internos del país y anunció que su administración evalúa aplicar la Ley de Reciprocidad Económica, aprobada en abril, que permite imponer contramedidas equivalentes a las sanciones comerciales extranjeras.
“Brasil es un país soberano con instituciones independientes. No aceptaremos ser controlados por nadie”, expresó Lula a través de su cuenta oficial en la red X (antes Twitter).
La medida ha generado inquietud en otros países exportadores de la región, que temen una escalada proteccionista por parte de Washington. Organismos internacionales como la FAO y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) han advertido sobre el impacto que este tipo de decisiones puede tener en la seguridad alimentaria y en la estabilidad de los mercados agrícolas globales.
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