Está práctica consiste, básicamente, en el cambio de sexo de los alevines para un mejor aprovechamiento de la población de peces. consiste en manipular genéticamente los cruces, las puestas y/o los reproductores, para obtener puestas mono-sexuales (100% machos o100% hembras), directa o indirectamente.
Para la reversión sexual y otras manipulaciones genéticas, como la aceleración del crecimiento, la feminización de machos, la masculinización de hembras, la esterilidad de una línea o la creación de super machos se emplean hormonas.