Los robots de ordeño están transformando la industria lechera, una actividad que tradicionalmente exige dedicación y compromiso inquebrantables. Diariamente, las vacas deben ser ordeñadas; en fincas especializadas, esto ocurre dos o tres veces al día, comenzando muy temprano y sin días de descanso. Por eso, esta exigente rutina ha impulsado la tecnificación en el ordeño, que ha evolucionado a pasos agigantados. Hoy, mientras muchas fincas aún utilizan el ordeño mecánico, la dependencia de la mano de obra humana está disminuyendo gracias a esta innovación disruptiva.
Es de resaltar que estos sistemas automatizados manejan todo el proceso, desde la preparación de la ubre hasta el sellado final de los pezones para prevenir enfermedades. A continuación, Pedro Mazziotti, ingeniero agrónomo y experto en lechería robótica explica a fondo su funcionamiento e implementación.
¿Qué son los Robots de Ordeño y Cómo Operan?
Índice del artículo
- 1 ¿Qué son los Robots de Ordeño y Cómo Operan?
- 2 Robots de ordeño: un cambio de paradigma
- 3 La Clave del Éxito: Adaptación de las Vacas al ordeño robótico
- 4 Ventajas del ordeño robótico
- 4.1 Frecuencia de ordeño optimizada
- 4.2 Adaptación de ubres y el descarte
- 4.3 Aplicación en Diversos Sistemas Productivos
- 4.4 Redefiniendo la Mano de Obra y el Mantenimiento
- 4.5 Soporte Técnico Esencial
- 4.6 Capacidad, Inversión y Rentabilidad de los Robots
- 4.7 Beneficios Multiplicadores y Futuro Prometedor
- 5 Crecimiento del Mercado y Tendencias
- 6 Robots de ordeño: El Futuro de la Producción Lechera
Pedro Mazziotti define el robot de ordeño como una máquina avanzada, con más de 25 años de desarrollo, que realiza el ordeño de forma autónoma. Por ende, un brazo robótico elimina la necesidad de interacción humana directa.
Esta tecnología nació a mediados de los años 90 en Europa, siendo pionera en Holanda. Inicialmente, fue una respuesta a la escasez de mano de obra en los tambos familiares europeos. Con el tiempo, su expansión fue constante.
A principios de los 2000, los robots de ordeño llegaron a Estados Unidos. Luego, se implementaron los primeros sistemas pastoriles con robótica en Australia, abriendo nuevas posibilidades. En Latinoamérica, el primer tambo robótico se instaló en Brasil alrededor de 2012. Desde entonces, ha crecido en Chile, Argentina y Uruguay, y más recientemente, ha tenido un notable impulso en Colombia.
Robots de ordeño: un cambio de paradigma
Para cualquier ganadero que esté considerando la transición al ordeño robótico, es fundamental comprender que este paso va mucho más allá de simplemente instalar una nueva máquina. En primer lugar, implica un cambio de paradigma en la gestión de la finca, una reconfiguración de los sistemas productivos y una nueva forma de interactuar tanto con el rebaño como con la tecnología.
Asimismo, la decisión inicial crucial es definir el sistema productivo predominante: ¿Se mantendrá un modelo principalmente pastoril o se optará por un sistema estabulado? Este cambio puede ser total, y si la finca evoluciona de un manejo pastoril a uno estabulado, las vacas necesitarán adaptarse no solo a un nuevo sistema de ordeño, sino también a un ambiente completamente diferente.
El proceso de ordeño robótico es meticuloso y contempla los siguientes pasos:
- Preparación de la Ubre: Limpia y desinfecta los pezones.
- Colocación de Pezones: Posiciona los equipos de ordeño con precisión.
- Monitoreo y Valoración: Evalúa el flujo durante el ordeño.
- Retiro y Desinfección: Al finalizar, retira los equipos y sella los pezones, crucial para la salud de la ubre.
Durante todo este proceso, la vaca permanece tranquila en un box, a menudo comiendo, lo que favorece un ordeño voluntario y menos estresante.
La Clave del Éxito: Adaptación de las Vacas al ordeño robótico
Uno de los pilares para el éxito en la implementación del ordeño robótico es la adaptación de las vacas. Así, en un sistema donde el ordeño es voluntario, es vital que las vacas pasen suficiente tiempo en el área donde se ubica el robot, facilitando su acceso y familiarización.
Cabe destacar que el incentivo principal para que las vacas se dirijan al robot es la comida. Por ejemplo, en un modelo estabulado, se ofrece concentrado dentro del box de ordeño, atrayéndolas de forma natural. Sin embargo, en un sistema pastoril, el concentrado se convierte en el «motor» que atrae a la vaca al robot.
Además, mediante puertas inteligentes programables, la vaca, después de ser ordeñada, puede acceder a nuevas parcelas de alimento, lo que sirve como un poderoso aliciente para su movimiento autónomo. Por ello, la gestión eficiente de esta variable, combinada con la asignación estratégica de pasto o la ración del mixer, es absolutamente fundamental para asegurar el flujo constante y voluntario de las vacas hacia los robots.
Las vacas se adaptan sorprendentemente rápido a los robots, a menudo más rápido que las personas. De hecho, en solo una semana, suelen estar completamente integradas al circuito robótico. En particular, los primeros días son los más intensos, requiriendo atención para que las vacas adopten la rutina de ordeño voluntario. Por ende, si una vaca cambia de sistema (de campo a semi-estabulado), una adaptación previa al nuevo ambiente de estabulación puede ser beneficiosa.
Ventajas del ordeño robótico
Frecuencia de ordeño optimizada
La frecuencia de ordeño optimizada es otra ventaja destacada de la robótica. Mientras que en los tambos tradicionales el ordeño se realiza habitualmente dos o, en contadas ocasiones, tres veces al día, con los robots, esta frecuencia puede aumentar significativamente. Una vaca en los primeros 100 días de lactancia, por ejemplo, podría ordeñarse hasta cuatro veces al día. Esto es posible porque el sistema reduce drásticamente los tiempos de espera y permite que la vaca acuda al robot cuando siente la necesidad, liberando la presión de la ubre de forma más regular.
También se adapta a la etapa de lactancia de cada vaca: una vaca próxima al secado o con menor producción puede ordeñarse solo dos veces al día, prolongando el período entre ordeños sin afectar su bienestar. En promedio, en sistemas estabulados, se busca un objetivo de 2,7 a 2,8 ordeños por vaca por día, mientras que en sistemas pastoriles, este promedio suele oscilar entre 2,1 y 2,3, ajustándose siempre a las particularidades y objetivos de cada explotación.
Adaptación de ubres y el descarte
Es importante señalar que los robots están diseñados para adaptarse a la mayoría de los tipos de ubre. Sin embargo, ciertas conformaciones, como pezones muy cortos, muy estrechos o cruzados, pueden complicar la labor de la cámara del robot al intentar localizarlos y colocar las copas.
Por ello, se busca que las ubres tengan una conformación lo más regular posible. Esto puede llevar a la necesidad de descartar un pequeño porcentaje de vacas, entre el 3 % y el 5 %, ya sea por la conformación de su ubre o por su temperamento (por ejemplo, vacas que patean con frecuencia y no logran adaptarse al sistema autónomo). Un aspecto crucial para el éxito del ordeño voluntario es la salud podal de las vacas, ya que deben poder caminar libremente y sin molestias por toda la instalación para dirigirse al robot.
Aplicación en Diversos Sistemas Productivos
La aplicación de los robots en diversos sistemas productivos es una muestra de su versatilidad. Aunque su uso se ha popularizado en modelos semi-estabulados o estabulados, cada vez más fincas con sistemas 100 % pastoriles están implementando la robótica. Así, países como Argentina, Nueva Zelanda, Australia e Irlanda son claros ejemplos de esta tendencia.
En estos casos pastoriles, se emplea un innovador sistema de «pastoreo guiado», donde el centro de ordeño se ubica estratégicamente. De manera que la vaca, al buscar acceso a nuevas parcelas de pasto fresco, debe pasar por el robot, el cual, mediante puertas inteligentes y una configuración horaria específica, la dirige a la parcela correspondiente una vez ordeñada. Esto integra el ordeño robótico de manera fluida en la rutina de pastoreo.
Redefiniendo la Mano de Obra y el Mantenimiento
La mano de obra en las fincas lecheras siempre ha sido un reto, dada la naturaleza ininterrumpida y exigente del ordeño. En este sentido, los robots de ordeño abordan esto reduciendo drásticamente la necesidad de personal exclusivo para dicha tarea.
Sin embargo, esto no elimina el personal, sino que redefine sus roles. En particular, los empleados ahora se enfocan en labores de mayor valor, como el control animal, el mantenimiento de los robots, y especialmente la gestión y análisis de datos. Es de resaltar que los robots generan una vasta información (producción, salud, actividad) que debe procesarse para tomar decisiones estratégicas. Así, el personal se cualifica, enfocándose en la gestión de datos y transformando la finca en un ambiente más tecnificado y atractivo.
Soporte Técnico Esencial
La implementación de robots requiere un soporte técnico esencial y especializado. En especial, dada la sofisticación de estas máquinas, es vital contar con un servicio técnico adecuado y cercano a la finca. Por ello, el mantenimiento preventivo es indispensable y debe seguirse rigurosamente según las especificaciones del fabricante, ya sea por componentes o por períodos de tiempo.
La vida útil estimada de un robot de ordeño es de 20 años, lo que subraya su robustez y durabilidad. En cuanto a las fallas técnicas no son frecuentes y, cuando ocurren, suelen estar relacionadas con el suministro eléctrico. Por lo tanto, un buen programa de mantenimiento preventivo es clave para evitar problemas mayores, al igual que en la aviación, donde no se espera que una pieza falle para realizar su reemplazo o revisión.
Capacidad, Inversión y Rentabilidad de los Robots
Un robot de ordeño puede realizar entre 180 y 200 ordeños al día, gestionando entre 65 y 70 vacas en sistemas estabulados. En sistemas pastoriles, donde la frecuencia es ligeramente menor, puede manejar entre 70 y 75 vacas. Es importante recordar que el robot no opera el 100 % del tiempo, incluyendo períodos de limpieza automática.
Con respecto a la infraestructura necesaria varía según el tipo de finca. Por ejemplo, en sistemas pastoriles, las exigencias son menores, requiriendo una obra civil mínima para las bases de los robots. Mientras que en tambos estabulados, se adapta la infraestructura existente.
En cuanto a la inversión promedio para un robot de ordeño es de alrededor de 230,000 dólares, capaz de gestionar unas 70 a 75 vacas. Por otra parte, el período de repago, con una gestión adecuada, se estima entre 7 y 8 años. Este cálculo considera el aumento promedio en la producción de leche por vaca.
Beneficios Multiplicadores y Futuro Prometedor
La implementación de robots de ordeño, combinada con una mejora integral en el manejo (especialmente en alimentación y confort), resulta en un aumento significativo de la producción de leche por vaca, estimado entre el 5 % y el 18 %. Esta mejora se debe a la mayor frecuencia de ordeño, el confort animal y la alimentación precisa, gracias a la gran cantidad de datos que el sistema proporciona. En resumen, es un «combo» de factores que impulsa la rentabilidad.
Los robots contribuyen a la salud del hato, automatizan el lavado y sellado de pezones de forma consistente. Además, pueden identificar y manejar vacas con problemas como la mastitis: si una vaca marcada para tratamiento es ordeñada, el robot limpia y enjuaga los equipos antes de la siguiente vaca, minimizando riesgos de transmisión. Así, las copas de ordeño siempre se enjuagan entre cada vaca, garantizando la higiene.
Crecimiento del Mercado y Tendencias
La robótica en la lechería está en auge, especialmente en Latinoamérica. Países como Brasil, Argentina, Chile, Colombia, Uruguay y México ya tienen numerosas instalaciones. En Argentina, hay más de 60 robots en unos 20 tambos. La adopción ha sido progresiva: centros de investigación pioneros en 2015, seguidos por tambos comerciales en 2016, y un notable crecimiento de productores en 2017.
El interés es amplio, abarcando desde tambos familiares de 120 vacas hasta grandes explotaciones con miles de cabezas que instalan múltiples robots. Por ejemplo, el tambo robótico más grande conocido opera con 72 robots, ordeñando aproximadamente 4000 vacas, con éxito desde 2015.
Robots de ordeño: El Futuro de la Producción Lechera
Los robots de ordeño no solo prometen mayor eficiencia y rentabilidad, sino que también transforman la labor en el sector. Así, al liberar a los productores de la rutina de ordeño, les permiten dedicar tiempo a otras actividades de gestión, mejorando su calidad de vida. Además, esta tecnificación es muy atractiva para las nuevas generaciones, que ven en la producción lechera una actividad avanzada, no esclavizante, que, junto a otras tecnologías, forma un sistema eficiente y rentable.
La tecnología de robots de ordeño seguirá perfeccionándose y masificándose, marcando un hito en la ganadería lechera mundial. De forma tal que los pioneros que adopten esta innovación en regiones aún no exploradas abrirán el camino y facilitarán la expansión de estos sistemas transformadores.
Si deseas profundizar en la implementación de la robótica o necesitas asesoramiento especializado, puedes encontrar información detallada en las páginas de los fabricantes de robots de ordeño. También puedes contactar directamente a expertos como Pedro Mazziotti, buscándolo como «Peter Mazziotti» en redes sociales y en LinkedIn.
Para mayor información sobre el ordeño te invitamos a leer nuestro artículo Ordeño: buenas prácticas, becerro, métodos y recomendaciones
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Equipo editorial Agrotendencia