La identificación animal electrónica ha trascendido de ser una herramienta de nicho a convertirse en un pilar fundamental de la ganadería moderna. Este avance tecnológico representa una transformación radical en cómo se gestionan y optimizan las explotaciones pecuarias, ofreciendo una precisión y eficiencia inalcanzables con los métodos tradicionales.
Al adoptar sistemas electrónicos, los ganaderos pueden implementar programas sanitarios, reproductivos, de alimentación y de inventario con una exactitud sin precedentes, minimizando el error humano y maximizando la productividad. Esta evolución constante, impulsada por los avances en la radiofrecuencia y la integración con el software de gestión, redefine el futuro de la actividad ganadera, posicionándola en la vanguardia de la ganadería de precisión.
A continuación el licenciado en administración y especialista en identificación animal Agustin Bascarán describe algunas de las nuevas tecnologías del área.
La Evolución de la Identificación Animal: Un Camino Hacia la Precisión
Índice del artículo
- 1 La Evolución de la Identificación Animal: Un Camino Hacia la Precisión
- 2 Diversidad de Identificadores Electrónicos y sus Aplicaciones
- 2.1 Aretes electrónicos
- 2.2 Bolos intraruminales
- 2.3 Microchips inyectables
- 2.4 La Identificación Electrónica en la Práctica Ganadera: Optimización del Manejo
- 2.5 La Automatización como Eje de la Ganadería de Precisión
- 2.6 Limitaciones Actuales y el Horizonte de la Identificación Animal
- 2.7 Trazabilidad Obligatoria y Viabilidad Económica
- 3 El Futuro de la Identificación Animal en la Ganadería
Históricamente, la identificación animal se basaba en métodos rudimentarios pero esenciales. En este sentido, el tatuaje en las orejas, a menudo indicando fecha de nacimiento y linaje, o el uso de marcas a fuego para señalar la propiedad, eran prácticas comunes.
Si bien cumplían su propósito básico, estas técnicas presentaban limitaciones significativas. Por ejemplo, la lectura manual era laboriosa, exigiendo la inmovilización del animal, y la interpretación de los datos dependía enteramente de la pericia humana, lo que incrementaba el margen de error. Además, el hierro caliente deterioraba el cuero, un subproducto de alto valor en la actualidad.
Con el tiempo, las caravanas visuales o aretes representaron un avance, ofreciendo una identificación más legible a distancia. Sin embargo, el verdadero salto tecnológico se produjo con la llegada de la identificación electrónica por radiofrecuencia (RFID). Este sistema se basa en un microchip pasivo, del tamaño de un grano de arroz, que contiene un número de identificación único y global.
Cuando una antena lectora emite una señal electromagnética, el microchip se activa y transmite su número, que puede ser capturado por un lector de mano, una computadora o una balanza electrónica. Por lo tanto, este proceso no solo es instantáneo, sino que también elimina la posibilidad de duplicidad de números o errores de transcripción manual.
En cuanto a la estandarización de esta tecnología es crucial. Así, organismos internacionales como ICAR y la ISO han establecido protocolos rigurosos para la estructura del microchip, las frecuencias de operación y el funcionamiento de los lectores.
De esta manera homologación mundial garantiza que los dispositivos sean interoperables, permitiendo que un arete electrónico colocado en un animal en un país pueda ser leído por un equipo en cualquier otra parte del mundo, un aspecto fundamental para la trazabilidad internacional de productos cárnicos y lácteos.
Diversidad de Identificadores Electrónicos y sus Aplicaciones
Actualmente, existen diversas formas de implementar el microchip electrónico en los animales, cada una con sus propias ventajas y consideraciones:
Aretes electrónicos
- Son la forma más extendida y práctica.
- Se colocan en la oreja del animal de manera similar a los aretes visuales, son fácilmente visibles y permiten una lectura rápida y sencilla.
- Su diseño los hace robustos y duraderos, ideales para el manejo diario en la finca.
Bolos intraruminales
- Estos microchips se administran por vía oral y se alojan en el rumen del animal.
- Ofrecen una seguridad de identificación muy alta, ya que no pueden ser extraídos del animal vivo.
- Su recuperación se realiza en el matadero, lo que los convierte en una excelente opción para la trazabilidad en la cadena alimenticia. En algunos países, como Australia, se usan de forma opcional junto con un arete visual que indica su presencia.
Microchips inyectables
- Aunque técnicamente viables, estos microchips, del tamaño de un grano de arroz, no son recomendables para animales de consumo (bovinos u ovinos).
- Su pequeño tamaño dificulta su localización y extracción una vez dentro de la carne, lo que representa un riesgo potencial en la cadena alimenticia y complica su recuperación en los frigoríficos.
Por esta razón, en muchos mercados, como la Unión Europea y España, su uso está prohibido para ganado destinado a consumo humano. Son más adecuados para mascotas, animales exóticos o equinos, donde la recuperación post-mortem no es una prioridad.
Cabe resaltar que la elección del identificador depende de los objetivos del ganadero, las regulaciones locales y la viabilidad económica. No obstante, el arete electrónico se posiciona como la opción más versátil y ampliamente adoptada debido a su practicidad y compatibilidad con los estándares globales.
La Identificación Electrónica en la Práctica Ganadera: Optimización del Manejo
La verdadera potencia de la identificación animal electrónica reside en su capacidad para transformar las operaciones diarias en la finca. Entonces, la implementación puede ser tan sencilla o compleja como las necesidades del ganadero.
En su forma más básica, un ganadero puede comenzar con un arete electrónico por animal y un lector de mano tipo bastón. En particular, este lector permite una lectura rápida del animal, mostrando su número de identificación. Además, puede vincular este número electrónico con una identificación visual o convencional preexistente, facilitando la transición y la gestión de datos históricos.
Además, los lectores modernos permiten cargar información directamente, distinguiendo entre datos de vida (que no cambian, como fecha de nacimiento, sexo o raza) y datos de sesión (que pueden variar, como peso, estado de preñez o tratamientos). Una vez completada la actividad, esta información se descarga en una computadora o un smartphone, para ser analizada en un software de gestión o incluso en una hoja de cálculo.
La ventaja crucial es la inmediatez y la toma de decisiones en el momento. Si al vacunar un lote de animales, el lector registra con fecha y hora exactamente cuáles animales fueron leídos, facilitando la asignación del atributo “vacunado”. De manera similar, durante una palpación, el veterinario puede dictar el estado de preñez o vacío, y esta información se ingresa directamente en el lector, eliminando la necesidad de papel y posteriores transcripciones.
La Automatización como Eje de la Ganadería de Precisión
El siguiente nivel de sofisticación implica la integración de lectores dinámicos fijos en estaciones estratégicas de la explotación. En particular, estos lectores, con un alcance de hasta un metro, se instalan en puntos clave como básculas electrónicas, pasillos de manejo o mangas de aparte. Cuando un animal pasa por estos puntos, el lector capta automáticamente su identificación.
Un ejemplo elocuente es la balanza electrónica integrada con un lector de RFID. Al entrar el animal en el cajón de la balanza, su identificación y peso son registrados automáticamente, junto con la fecha y hora. Por otra parte, los modelos más avanzados pueden calcular instantáneamente la ganancia diaria de peso al comparar el peso actual con registros previos.
Este dato es inestimable para la ganadería de precisión, permitiendo al ganadero tomar decisiones estratégicas en tiempo real: desde ajustar dietas para animales con bajo rendimiento hasta separar individuos para tratamientos específicos o reubicación en otros corrales. De forma tal que esta automatización elimina el tedioso y propenso a errores proceso de registro manual, agilizando las operaciones y optimizando la eficiencia de la mano de obra.
Por ejemplo, en las lecherías especializadas, la integración es aún más profunda. Especialmente porque los sistemas de identificación electrónica se conectan con los equipos de ordeño, permitiendo que un lector en la sala identifique a la vaca, mientras un lactómetro registra su producción de leche.
Esta combinación de datos (identificación del animal, litros de leche, fecha y hora) es fundamental para la gestión individualizada de las raciones y la optimización de la producción láctea. Así, la automatización y la recopilación de datos en tiempo real son el corazón de estas operaciones de alta eficiencia, transformando la lechería en una verdadera industria.
Limitaciones Actuales y el Horizonte de la Identificación Animal
La tecnología RFID es fundamental para la identificación animal, ofreciendo durabilidad y seguridad. Sin embargo, la baja frecuencia (LF), ampliamente usada, tiene un alcance limitado, dificultando el rastreo en potreros extensos. Por otro lado, la alta frecuencia (HF), aunque con mayor alcance, es susceptible a interferencias y exige equipos más costosos, restringiendo su uso a criaderos o feedlots. La estandarización global aún es un desafío para la HF.
Es crucial entender que los microchips RFID son pasivos, solo se activan al interactuar con un lector, garantizando su longevidad y seguridad. No obstante, solo proporcionan un número de identificación. Para el monitoreo del estatus sanitario, detección de celo o actividad animal, se requieren dispositivos adicionales como collares o podómetros inteligentes. Estos captadores de datos ofrecen información vital en tiempo real.
La integración total de ambas funciones busca simplificar el manejo y reducir costos, siendo un objetivo futuro clave en la ganadería inteligente.
Trazabilidad Obligatoria y Viabilidad Económica
La trazabilidad es una exigencia creciente en los mercados internacionales, especialmente en la Unión Europea, que demanda planes robustos y auditables. Es de resaltar que cumplir con esto sin tecnología electrónica es complicado y propenso a errores. Por ejemplo, países como Uruguay han demostrado la eficacia de la identificación electrónica obligatoria por más de una década, validando su practicidad.
La capacidad de rastrear un animal desde su nacimiento, registrando cada evento como vacunaciones o tratamientos, no solo satisface las demandas del mercado, sino que también añade valor económico al producto final.
Es importante señalar que la viabilidad económica de estos sistemas ha mejorado. De hecho, los costos de aretes y lectores han bajado, y los aretes reutilizables reducen aún más los gastos operativos. Aunque la inversión inicial para un sistema básico puede superar los mil dólares, es una herramienta duradera que se amortiza rápidamente gracias al aumento de la eficiencia y precisión en la gestión.
La adopción tecnológica en la ganadería es una tendencia imparable. Inicialmente impulsada por la lechería, el sector cárnico ha acelerado su integración. Además, la familiaridad con la tecnología móvil ha simplificado el uso de estos sistemas. Actualmente, los ganaderos han perdido el miedo a la tecnología, reconociendo los beneficios tangibles en la productividad y rentabilidad. En cuanto a las interfaces de los lectores y el software son cada vez más amigables, facilitando su uso sin necesidad de una formación exhaustiva.
El Futuro de la Identificación Animal en la Ganadería
Predecir el futuro exacto de la identificación animal es complejo por el rápido avance tecnológico. Sin embargo, es muy probable que la radiofrecuencia (RFID) siga siendo el centro de estos sistemas. Con el tiempo, las mejoras se enfocarán en aumentar la distancia de lectura sin perder la precisión en la identificación individual.
Eventualmente, podríamos ver soluciones híbridas que combinen lo mejor de la baja frecuencia (simplicidad) y la alta frecuencia (mayor alcance), superando las limitaciones actuales.
La tendencia es hacia una ganadería más conectada y automatizada. Así, los dispositivos de identificación se integrarán con tecnologías como el GPS y el big data, permitiendo no solo identificar, sino también monitorear remotamente y gestionar potreros virtuales.
En un futuro cercano, un solo dispositivo podría cumplir múltiples funciones, simplificando la gestión animal. La identificación electrónica es clave para una ganadería de precisión más inteligente, sostenible y rentable, prometiendo soluciones sofisticadas para el sector pecuario.
Para mayor información sobre Identificación animal te invitamos a leer nuestro artículo Ganado vacuno: identificación, tipos, métodos y registros
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Equipo editorial Agrotendencia