Oleaginosas

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Cultivo de maní: Ciclo, cosecha, plagas y enfermedades

El maní o cacahuate (Arachis hypogaea L.) es considerado el uno de los cultivos oleaginosos más importantes en el mundo después de la soya, canola, girasol, algodón, olivo y el maíz. Debido a su contenido de grasa, proteína, fibra y vitaminas es usado en la industria de alimentos, productos farmacéuticos, la agricultura y ganadería.
Actualmente el maní es muy consumido a nivel mundial, la principal forma de comercialización es el maní sin cascara. Además de su consumo fresco, también se encuentra en forma de aceite o mantequilla, como merienda o ingrediente en platillos tanto salados como dulces, es fácil encontrar esta leguminosa que a menudo pasa por nuez en nuestra comida.
Es de resaltar que el maní es primariamente cultivado para consumo humano. Ciertamente es muy nutritivo, la semilla contiene un 25-32 % de proteína y un 42- 52 % de aceite; también consideradas “nueces de la longevidad” en China, su principal productor, con casi 18 millones de toneladas representando el 34% de la producción mundial.
Dada la importancia del cultivo de maní o cacahuate es necesaria la aplicación de buenas prácticas agrícolas en todas las etapas de su producción con el fin de obtener un producto inocuo y de excelente calidad.

Conservación de suelos: Técnicas, prácticas y sus beneficios

La conservación de suelos es determinante para la preservación de este recurso ya que se está reduciendo en cantidades preocupantes; es por ello que la utilización de estas técnicas en los sistemas agros productivos, garantizan la sostenibilidad de la producción, biodiversidad, estabilidad estructural entre otros aspectos.
Aunque los efectos de la conservación del suelo pueden no ser claramente visibles a corto plazo, a largo plazo sí son notables; puesto que reducen la erosión, mantienen la fertilidad y minimizan la contaminación del medio ambiente, pues contribuye a la sostenibilidad ecológica.
Por tal razón, estás practicas no sólo tienen su efecto sobre los suelos sino también sobre el agua en la zona; debido a un mejor manejo de las microcuencas, lo cual permite obtener mayor cantidad y calidad de agua, disminuyendo riesgos y efectos adversos.
La implementación de las técnicas de conservación de suelos en nuestros días no es una opción sino una responsabilidad como seres humanos; ya que de este recurso valioso obtenemos beneficios y servicios socioeconómicos para nuestra subsistencia y es nuestro deber garantizar su fertilidad para las próximas generaciones.
Antes de implementar cada práctica se debe realizar un diagnóstico objetivo del lugar y asesorarse técnicamente para que las prácticas a realizar sean las más óptimas para la zona a conservar.
Las obras de conservación no solo mejoran el suelo sino también mejoran y aumentan la cantidad de agua ya que se evita perdida por escorrentías y se incrementa la infiltración, esto a su vez permite la sustentabilidad de ecosistemas.