Pastos y forrajes: tipos, producción, manejo y cultivo
Los pastos y forrajes son el componente multifactorial más importante y determinante en el manejo alimenticio del ganado. Representan la fuente de alimento más económica y de mayor volumen; así como también, la más fácil de optimizar o mejorar y la más práctica de utilizar.
Se define como “pasto” a las plantas autóctonas o cultivadas que el ganado (de cualquier tipo) consume de forma directa mientras circula por potreros o campos. Mientras que el “forraje” es toda especie vegetal que es cosechada antes de ser utilizada como alimento.
El conocimiento de las características propias de cada especie de pasto en los potreros, es clave en su manejo eficiente y sostenible; ya que siempre influirá (para bien o para mal) en el rendimiento, velocidad de obtención y calidad del producto final.
Tanto las especies leguminosas como las gramíneas presentan ventajas y desventajas. En general, las primeras, tienden a ser más apetecibles al animal y tienen mayor contenido proteico, mientras que las segundas generan biomasa y fibra más rápidamente.
Además, la mayoría de leguminosas (en asociación simbiótica con bacterias del género “Rhizobium”) generan nódulos en sus raíces, capaces de tomar, fijar y aprovechar el nitrógeno atmosférico; lo que mejora significativamente la condición de fertilidad del suelo.
El “rendimiento” es uno de los 3 datos técnicos cuantificables más importantes en el manejo de cualquier pasto o forraje; se mide en toneladas de materia seca, por superficie, al año. Los otros 2 datos más relevantes son la cantidad de proteína cruda y la digestibilidad del vegetal.