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Citoquininas: Impulsa el crecimiento y desarrollo en tus cultivos

Las citoquininas son hormonas vegetales fundamentales que actúan como verdaderas orquestadoras del crecimiento y desarrollo en los cultivos.
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Las citoquininas son hormonas vegetales fundamentales que actúan como verdaderas orquestadoras del crecimiento y desarrollo en los cultivos. En el corazón de cada proceso vital de la planta, desde la división celular más básica hasta la formación de frutos, estas fitohormonas desempeñan un rol insustituible.

Su capacidad para influir en la arquitectura de la planta, promover la aparición de nuevos brotes y, crucialmente, prolongar la vida útil de las hojas, las convierte en herramientas agronómicas de valor incalculable. Entender su función y aplicación es, por ende, esencial para cualquier agricultor que busque no solo maximizar el rendimiento, sino también mejorar la calidad y la resiliencia de sus cosechas frente a los desafíos del entorno.

¿Qué son las Citoquininas? Más Allá de una Simple Hormona

Las citoquininas son hormonas vegetales cruciales que regulan la división y diferenciación celular. De hecho, su nombre, derivado de “citocinesis”, refleja directamente su papel en la división del citoplasma.

En 1955 la kinetina fue la primera citoquinina descubierta en 1955. Posteriormente, se identificó la zeatina, la primera citoquinina natural, extraída del maíz, lo que supuso un avance significativo.

Cabe destacar que estas hormonas se sintetizan principalmente en las raíces y, a continuación, se transportan por el xilema a toda la planta. Por lo tanto, esta distribución ascendente es vital para el desarrollo de tallos y hojas, influyendo significativamente en el crecimiento vegetal.

¿Para qué Sirven las Citoquininas? Un Arsenal de Funciones Vitales

Las citoquininas son hormonas vegetales que ofrecen una gama sorprendente de beneficios, impactando directamente la productividad y la calidad de los cultivos.

Crecimiento y Desarrollo Mejorado

Las citoquininas son vitales para el crecimiento y desarrollo vegetal. En primer lugar, estimulan la división y diferenciación celular, siendo esenciales para el crecimiento de nuevos tejidos, el desarrollo de órganos y la reparación de daños. Combinadas con las auxinas, dirigen el desarrollo de raíces o brotes, lo que es clave para la propagación y un crecimiento equilibrado de la planta.

Además, estas hormonas promueven la ramificación al romper la dormancia de las yemas, estimulando el crecimiento de brotes laterales, aumentando la densidad de la planta; lo que se traduce en más puntos de floración y fructificación.

Las citoquininas también favorecen el desarrollo de frutos y semillas. Asimismo, contribuyen al cuajado y al desarrollo general de estos, lo que puede resultar en cosechas más grandes y uniformes para los agricultores.

Resistencia y Longevidad

Las citoquininas ofrecen más ventajas significativas para las plantas. Por un lado, retrasan el envejecimiento foliar, manteniendo las hojas verdes por más tiempo, aumentando la eficiencia fotosintética y prolonga la vida útil de la hoja, un gran beneficio para cultivos de hoja y plantas ornamentales.

Adicionalmente, estas hormonas mejoran la tolerancia al estrés. También fortalecen las plantas contra condiciones adversas como sequía, salinidad, temperaturas extremas y patógenos. Esto ayuda a reducir las pérdidas de rendimiento y a mantener la resiliencia del cultivo en situaciones difíciles.

De igual forma aceleran la recuperación post-trasplante, ayudan a las plantas a superar rápidamente el shock inicial. Por otra parte, promueven un establecimiento veloz y el crecimiento vigoroso de nuevas raíces y brotes, asegurando un mejor inicio para la planta.

Optimización de la Productividad

Las citoquininas elevan significativamente el rendimiento y la calidad de la cosecha. Para empezar, al impulsar la división celular y el desarrollo de órganos, logran incrementar el tamaño y número de frutos, granos o tubérculos.

Asimismo, optimizan la fotosíntesis, al prolongar la vida y funcionalidad de las hojas, aseguran una mayor eficiencia en la producción de biomasa; traduciéndose directamente en un mejor rendimiento general del cultivo.

Cabe resaltar que estas hormonas movilizan nutrientes de forma eficiente. En particular, dirigen los nutrientes hacia los órganos en crecimiento activo, como frutos y semillas, asegurando que lleguen a donde más se necesitan para un desarrollo óptimo.

Tipos de Citoquininas Usadas en Bioestimulantes Agrícolas

Las citoquininas utilizadas en bioestimulantes agrícolas se clasifican en naturales y sintéticas, y provienen de diversas fuentes.

Existen varios tipos de citoquininas clave que se emplean para mejorar el crecimiento y desarrollo de los cultivos:

Benciladenina (BA o BAP): Es reconocida por su efectividad en promover la ramificación lateral de las plantas y retrasar el envejecimiento de las hojas.

Kinetina: Se utiliza ampliamente en la investigación agrícola y en algunas formulaciones de productos comerciales.

Zeatina: Considerada la más activa y prevalente. Aunque su extracción puede ser más costosa, es muy valorada por su alta bioactividad y los efectos positivos que tiene en las plantas.

Isopenteniladenina (IPA): Esta es otra citoquinina natural que se encuentra de forma común en muchas especies vegetales.

Fuentes Adicionales de Citoquininas

Además de las citoquininas puras, ya sean sintéticas o extraídas de plantas, hay otras fuentes importantes en el mercado de bioestimulantes como los extractos de algas marinas, especialmente los derivados de Ascophyllum nodosum.

Cabe destacar que estos extractos no solo aportan citoquininas, sino también otras fitohormonas como auxinas y giberelinas, además de diversos compuestos bioactivos. Así se convierten en una opción holística, ya que proporcionan múltiples beneficios en una sola aplicación.

Modo de Acción y Sinergia con Otras Fitohormonas

Las citoquininas ejercen su efecto a través de una compleja red de señalización celular. Para ello se unen a receptores específicos en la membrana celular, lo que desencadena una cascada de eventos moleculares que finalmente alteran la expresión génica y los procesos fisiológicos.

Es crucial entender que las citoquininas no actúan de forma aislada, su eficacia está intrínsecamente ligada a la interacción y el equilibrio con otras fitohormonas, especialmente las auxinas. De hecho, la relación auxina/citoquinina determina la dirección del desarrollo de la planta (raíces vs. brotes).

En cuanto a las giberelinas también interactúan con las citoquininas en la regulación del crecimiento del tallo y el desarrollo de frutos. Por ejemplo, el ácido abscísico (ABA), una hormona asociada al estrés, a menudo tiene efectos antagónicos a las citoquininas, regulando la dormancia y la respuesta al estrés.

Citoquininas - cultivos

Claves para una Aplicación Eficaz de Citoquininas en Cultivos

Para que los cultivos aprovechen al máximo los beneficios de las citoquininas, es crucial tener en cuenta varios factores estratégicos; de hecho, una aplicación incorrecta puede incluso ser contraproducente.

En primer lugar, el momento de aplicación es vital. Se deben aplicar en las etapas de crecimiento más activas de la planta, incluyendo la germinación, el trasplante (para ayudar a la recuperación), la fase de ramificación, durante la floración o al inicio del desarrollo de los frutos. Por consiguiente, aplicarlas en momentos inadecuados o en exceso podría no dar los resultados deseados.

Asimismo, la dosis correcta es específica para cada cultivo, tipo de citoquinina, su formulación y las condiciones ambientales. Por lo tanto, un exceso o una deficiencia pueden ser perjudiciales, causando crecimiento anormal o una reducción en el rendimiento; siempre se deben seguir las recomendaciones del fabricante.

Adicionalmente, la formulación adecuada es importante. Las citoquininas vienen en diversas presentaciones, como líquidos para pulverización foliar, geles para el tratamiento de semillas o como parte de bioestimulantes más complejos. En general, la aplicación foliar suele ser rápida y efectiva para la parte aérea de la planta.

Cabe destacar también la compatibilidad con otros productos. Las citoquininas funcionan bien con fertilizantes y otros bioestimulantes, pero siempre es necesario verificar su compatibilidad antes de mezclarlas en el tanque de pulverización para evitar reacciones no deseadas.

Finalmente, las condiciones ambientales y la calidad del agua son determinantes, factores como la temperatura, humedad y luz afectan cómo la planta absorbe y procesa las citoquininas; por ejemplo, su efectividad puede disminuir en periodos de estrés hídrico severo. De igual forma, el pH y la dureza del agua utilizada para la pulverización pueden influir en la estabilidad y eficacia de las formulaciones de citoquininas.

Caso Práctico: Aplicación de Citoquininas en Tomates

Para promover una mayor floración y cuajado de frutos en un cultivo de tomate una aplicación eficaz implicaría pulverizar un bioestimulante rico en citoquininas justo al inicio de la fase de floración. Además, se podría realizar una segunda aplicación durante el desarrollo temprano de los frutos. Así se  asegura que la hormona esté disponible precisamente cuando la planta la necesita para la división celular y el desarrollo de estos órganos clave.

Por supuesto, siempre se debe seguir la dosis recomendada por el fabricante específicamente para el tomate, y asegurarse de que las condiciones ambientales (como la temperatura y la humedad) sean adecuadas para una óptima absorción foliar.

En contraste, una aplicación ineficaz o incluso perjudicial ocurriría si se aplicara una dosis excesivamente alta de citoquininas durante la fase vegetativa temprana sin un equilibrio adecuado con las auxinas. Incluso promover un crecimiento excesivo de brotes laterales sin el desarrollo radicular apropiado, o incluso causar deformaciones en la planta, afectando negativamente el rendimiento final de la cosecha de tomate.

Citoquininas - aplicación

Citoquininas vs. otros Bioestimulantes: Un Enfoque Holístico

Las citoquininas son herramientas agrícolas potentes que a menudo se utilizan como parte de estrategias de bioestimulación más amplias. Por ejemplo, otros bioestimulantes, como ácidos húmicos, extractos de algas o microorganismos, actúan de forma complementaria. Entonces un programa que combine citoquininas con estos otros productos ofrece un enfoque más robusto para mejorar la salud y la productividad del cultivo.

Para el agricultor moderno, comprender y usar estratégicamente las citoquininas es clave para optimizar la productividad, mejorar la calidad de la cosecha y aumentar la resiliencia de los cultivos frente a los desafíos.

Al estimular la división celular, prolongar la vida de las hojas y mejorar la resistencia al estrés, las citoquininas ofrecen beneficios que pueden transformar la rentabilidad de una finca. Por eso integrarlas adecuadamente en un programa de manejo, considerando el momento y la dosis, desbloquea el potencial genético de las plantas, impulsando un crecimiento vigoroso y asegurando cosechas más abundantes y de mejor calidad.

Para mayor información sobre Cultivo de tomate te invitamos a leer nuestro artículo Cultivo de tomate: Fertirrigación, ventajas y desventajas.

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Equipo editorial Agrotendencia