El control biológico de plagas es uno de los métodos naturales más eficientes para neutralizar posibles amenazas contra cultivos, sin afectar su ecosistemas. Son organismos que fijan su interés en otros organismos plaga u hospederos y no en las plantas.
Existen más de 100 mil controladores biológicos. Los agentes de control son producidos en laboratorios.
Más allá de la liberación de especies para combatir otras, este método también se basa en proteger y aumentar la población de una especie para controlar otro organismo.
Los parasitoides son uno de los controladores más producidos. Estos organismos depositan huevos dentro de sus enemigos. Al eclosionar los nuevos insectos se alimentan de los hospederos.
El uso de controladores biológicos no altera, ni contamina ecosistemas y es una alternativa a largo plazo que no daña el ambiente y que garantiza la calidad de los cultivos.
El continuo crecimiento de la población humana ha conducido a la búsqueda de estrategias para incrementar la producción de alimentos. La reducción en la pérdida de cultivos, provocados por organismo causantes de enfermedades o daños, es buen punto de partida en la consolidación de una mayor eficiencia productiva.
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