La deforestación en Colombia registró un preocupante aumento del 43 % entre 2023 y 2024, según el más reciente informe del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales. La cifra representa un grave retroceso en los esfuerzos por conservar los ecosistemas naturales del país.
Las regiones más afectadas por la deforestación en territorio colombiano incluyen la Amazonía, el norte del Caquetá, el sur del Meta y zonas del Guaviare, donde la tala indiscriminada avanza sin control. De acuerdo con el informe del IDEAM, las principales causas de este fenómeno son la expansión de la ganadería extensiva, el crecimiento de cultivos ilícitos, la minería ilegal y el avance de la frontera agrícola.
Aunque la agricultura es un sector fundamental para la economía nacional, su expansión desordenada está generando impactos ambientales severos. En muchas zonas rurales, tanto pequeños como grandes productores están talando bosques para abrir nuevas tierras de cultivo, muchas veces sin planificación ni criterios de sostenibilidad. El cultivo de palma de aceite, soya y otros monocultivos ha contribuido significativamente a la pérdida de cobertura vegetal.
Organizaciones ambientales han instado al gobierno colombiano a reforzar las políticas de protección forestal, mejorar la vigilancia satelital y fortalecer la presencia institucional en las zonas más vulnerables. También se ha pedido mayor cooperación internacional para enfrentar este desafío que trasciende fronteras.