La mosca de la fruta es un insecto perteneciente a la familia Tephritidae, culpable de reducir la productividad frutícola y generar cuantiosas pérdidas económicas a productores agrícolas.
Las hembras de esta familia, colocan sus huevos en el interior de los frutos de donde salen pequeñas larvas que se alimentan de las pulpas, produciendo daños directos e irreversibles en los huertos frutícolas.
Entre las estrategias de manejo para el control de las moscas de las frutas se encuentran el control mecánico, que contempla el adecuado manejo agronómico del cultivo; el control químico en el que se realizan aplicaciones de sustancias tóxicas y el control biológico donde se utilizan organismos patógenos para combatir las poblaciones de estas.
Además de los anteriores controles, existe también el control etológico, trampeo o método indirecto, que consiste en atraer y capturar las moscas, usando para ello trampas con cebos construidas con materiales de fácil acceso, de bajo impacto ambiental que ayuda a reducir la población de este pequeño pero perjudicial insecto.
En la actualidad algunos países de Latinoamérica se encuentran libres de esta plaga gracias a la ejecución, evaluación y seguimiento de programas de control, lo que ha permitido generar oportunidades comerciales de exportación de frutas.