La trucha es un pez originario del pacífico norte. Su cultivo se adapta muy bien al agua dulce de ríos y lagos. En esos ecosistemas prefiere las aguas cristalinas y frías.
Es considerada una especie invasora que puede crear desequilibrios en ecosistemas donde es introducida artificialmente. Esto se debe en gran medida a que en estado natural es un pez carnívoro que se alimenta de otros organismos marinos.
La demanda de la trucha ha experimentado un alza sostenida desde mediados de la década del 90. El cultivo presenta una solución ante una posible sobreexplotación en ríos.
La producción mundial de truchas supera las 800 mil toneladas. Irán encabeza a los países productores con más de 167 mil toneladas al año.
El éxito de un cultivo de truchas depende de la cantidad y la calidad del agua. La turbidez en el agua puede influir negativamente en su crecimiento.
La fecundación de las truchas en cautiverio se realiza de forma artificial aplicando el método seco sin agua. Consiste en extraer los espermatozoides y óvulos de los reproductores para mezclarlos en un cubo sin agua.
Los huevos que resultan del proceso de fecundación deben incubarse por un tiempo que lo determina la especie y la temperatura del agua. En temperaturas frías la incubación es más larga que en aguas cálidas.
La trucha es cosechada cuando alcanza entre 30 y 40 centímetros de longitud. Las dos especies de truchas más cultivadas y consumidas en el mundo son la trucha arcoíris y la trucha blanca.
Visita nuestra Agropedia y conoce mucho más sobre el cultivo de la trucha.