Cultivo de aguacate: siembra, manejo, ventajas y desventajas
El aguacatero, científicamente conocido como “Persea americana”, es el árbol cuyo fruto es el aguacate o palta, y tiene una vida útil comercial de aproximadamente 50 años, en los que puede llegar a crecer hasta 30 metros de altura.
La planta es originaria de Mesoamérica, específicamente de México y Guatemala, en donde fue domesticado por pueblos originarios de esas regiones hace más de 12.000 años.
Existen más de 500 variedades de aguacate en el mundo, todas con su característico fruto de tipo baya de tamaños y formas muy variables de conformidad con el cultivar.
Las hojas del aguacatero son alternas y muy brillantes. Y las flores presentan el fenómeno de asincronía de la polinización; lo que significa, que dependiendo del fotoperíodo, hay la posibilidad de que el órgano femenino no esté receptivo en el mismo momento que es liberado el polen, lo que hace imposible la fecundación y la formación del fruto.
A la hora de establecer plantaciones de aguacate, puede hacerse directamente a través de semillas o a través de injertos, siendo esta última la forma más recomendable para cultivos comerciales, ya que garantiza la producción de frutos más uniformes en cuanto a tamaño y forma.
Para cosechar el aguacate, hay que esperar que éste esté en estado de maduración fisiológica. De lo contrario, al ser retirado de la planta la piel o cascara se arruga y la pulpa no se ablanda, lo que le proporciona un mal aspecto y un sabor poco comercial.
Cuando el fruto ha llegado a su estado de maduración fisiológica, la semilla se siente suelta en el interior del mismo, la piel pierde su brillo y el pedúnculo se quiebra fácilmente, lo facilita la cosecha. Una vez que el aguacate ha sido cosechado hay que esperar entre 4 y 10 días para que se ablande y adquiera madurez de consumo.